
Domingo, 29 de junio, 2025.
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Los días domingos también se pueden transformar en un día para comer ceviche...
El ceviche es un plato icónico de América Latina, tiene raíces que se hunden en la historia precolombina de las costas del Pacífico. Los pueblos indígenas, como los mochicas en el actual Perú, ya preparaban pescado crudo marinado con jugos ácidos, posiblemente usando frutos como el tumbo, mucho antes de la llegada de los españoles. Esta técnica preservaba el pescado y realzaba su sabor, adaptándose a los recursos del entorno costero. Con la colonización, el limón y la naranja agria, traídos de Europa, se integraron al plato, transformando su perfil gustativo.
La influencia de la cocina española, con su gusto por cebollas y especias, también dejó huella. En paralelo, otras regiones, como las costas de México y Centroamérica, desarrollaron preparaciones similares, usando ingredientes locales como el chile y el cilantro. El nombre "ceviche" podría derivar del término árabe "sikbaj", un plato de carne marinada que llegó a América a través de los españoles, o incluso de palabras quechuas como "siwichi", que alude al pescado fresco.
Con el tiempo, el ceviche se consolidó como emblema culinario, desde Perú, donde es patrimonio cultural, hasta Ecuador, Chile y México, cada uno aportando su toque distintivo. Este plato refleja un mestizaje de sabores y técnicas, uniendo la herencia indígena, europea y, en algunos casos, asiática, en una expresión vibrante de la identidad latinoamericana, como un legado culinario.
El legado culinario de un pueblo es un hilo invisible que teje su historia, identidad y memoria colectiva. A través de los sabores, técnicas e ingredientes transmitidos de generación en generación, se preservan tradiciones que narran la relación de una comunidad con su entorno, su clima y sus recursos. Cada plato cuenta una historia: los cultivos que prosperaron, las rutas comerciales que cruzaron, las migraciones que mezclaron culturas.
En América Latina, por ejemplo, recetas como el ceviche no solo reflejan la abundancia del mar, sino también el ingenio de los pueblos costeros para conservar alimentos y el mestizaje de influencias indígenas, europeas y africanas. Este legado fortalece el sentido de pertenencia, uniendo a las personas en torno a la mesa, donde se comparten no solo alimentos, sino valores, recuerdos y rituales.
Proteger el legado culinario es vital, pues en un mundo globalizado, donde las cocinas tienden a uniformarse, este mantiene vivo la diversidad cultural, recordando a un pueblo quién es y de dónde viene. Una manera de protegerlo es a través de reportajes, ferias y festivales gastronómicos.
Los festivales gastronómicos son mucho más que una celebración de la comida; son espacios donde se entrelazan cultura, identidad y comunidad. Estos eventos revalorizan las tradiciones culinarias, dando protagonismo a platos ancestrales, como los preparados con pescado fresco marinado en cítricos, que reflejan la historia y el ingenio de los pueblos. Al reunir a cocineros, productores y comensales, fomentan el intercambio de saberes, desde técnicas indígenas hasta influencias mestizas, preservando recetas que podrían perderse en la globalización.
Impulsan la economía local al destacar ingredientes regionales y apoyar a pequeños agricultores, pescadores y artesanos. Los festivales también fortalecen el sentido de pertenencia, creando momentos de orgullo colectivo donde las personas conectan con sus raíces a través del sabor. Atraen turismo, promoviendo la diversidad cultural y posicionando a las regiones como destinos únicos. En un mundo acelerado, estos encuentros reivindican la pausa, el ritual de compartir la mesa y la importancia de mantener viva la memoria culinaria de un pueblo, asegurando que su legado perdure para las futuras generaciones.
No importa de qué lugar de Latinoamérica eres, ni cómo preparan el ceviche en tu país o región, lo importante es que el ceviche es un legado culinario latino que debemos cuidar, preservar, enseñar y sobre todo, disfrutar.
Esta es la canción que le pedí a Suno, con un ritmo caribeño:
"Frescura del Mar"
[Verso 1]
En la costa despierta el sol, Trae el aroma, la brisa, la voz. Pescado blanco, cortado con fe, Bañado en limón, despierta el placer. Cebolla morada, en finas rodajas, Cilantro que canta, perfuma la casa. Ají que pica, despierta el ardor, Un toque de sal, el mar en sabor.
[Coro]
Oh, frescura del mar, en el paladar, Sabores que abrazan, no puedes parar. De América antigua, su legado va, Un plato que une, del campo al hogar.
[Verso 2]
El maíz tostado, crujiente al morder, Camote que endulza, un suave placer. En la mesa se encuentra, la historia al probar, De Incas y mares, un canto al amar. Desde el Pacífico hasta el Caribe azul, Cada bocado es un rayo de luz. La tierra y el agua se funden aquí, Un arte que vive, en ti y en mí.
[Coro]
Oh, frescura del mar, en el paladar, Sabores que abrazan, no puedes parar. De América antigua, su legado va, Un plato que une, del campo al hogar.
[Puente]
En Lima o en México, sabe igual, Un rito que lleva la sal del canal. Con risas y amigos, se sirve el festín, El alma del pueblo en cada confín.
[Coro]
Oh, frescura del mar, en el paladar, Sabores que abrazan, no puedes parar. De América antigua, su legado va, Un plato que une, del campo al hogar.
[Outro]
Con limón y pasión, se mezcla el amor, El legado vivo de un viejo sabor. Del mar a la mesa, la historia será, Frescura que canta, ¡América va!
🎵 🎶 🎶 🎶 🎵 🎼 🎼 ♬ ♫ ♪ ♩
Esta fue una canción de Domingo.
Gracias por pasarse a leer y escuchar un rato, amigas, amigos, amigues de BlurtMedia.
Que tengan un excelente día y que Dios los bendiga grandemente.
Saludines, camaradas "BlurtMedianenses"!!





