Lectura del poema Me joden, incluido en el poemario De amor, mitos y otros infortunios, acompañado por la escritora Mercedes Gallego, durante la presentación del libro en el Museo etnográfico de Don Benito, Badajoz.
Me joden
las deshonrosas cápsulas de café de comercio justo de Nestlé, o de quién sean, al tiempo que el grueso de su flota ayuda a mantener en la miseria a veinticinco millones de familias productoras de grano la soja biológica en ingredientes, pero explotadora categórica de pobrezas y firme aliada del cambio climático el insultante porcentaje dedicado a causas sociales que anuncian a bombo y platillo si compro noséqué cosmético que cuesta una pasta gansa en virtud de otro noséqué la eufemística congelación de salarios de ministros, eurodiputados, presidentes cuyos sueldos rondan los sesenta y cinco mil euros brutos al año (sin complementos) los médicos fumadores que me adoctrinan sobre los graves riesgos para la salud que conlleva proseguir con una dieta vegana los millones y millones de euros donados a Cáritas Española, a la Sanidad Pública, a la oenegé de turno por tanto filántropo de asco y seña gracias a los beneficios fiscales obtenidos por subcontratas que explotan niños en Bangladesh, en Pakistán, en el África Subsahariana que las oenegés de turno los acepten la ilusoria Responsabilidad Social Corporativa que se inventan en Coca-Cola, Endesa, McDonald’s… los trescientos, quinientos, setecientos euros desembolsados por un pedigrí mientras cada día sacrifican decenas de sin-raza en las perreras que informen de la existencia de una huelga y hasta de la supuesta violencia de quienes convocan pero olviden anunciar la causa que apoyan
Me jode mucho
la solidaridad impostada de los insolidarios de costumbre la embustera austeridad de los que nada les falta que se permita la falsedad, la falacia, la estulticia y haya que pagar por un puto sello orgánico lo que no se exige a los conservantes ni colorantes artificiales E nosécuántos la coherencia de los incoherentes exigida sólo a lo ajeno nuestro absurdo antropocentrismo que nos eleva a la categoría de nefandos guardianes del resto de especies el sesgo voluntario y preciso de quien tiene la obligación de informar
Y aprecio desde las entrañas
la insolidaridad sufriente del que lucha por un cambio la donación ínfima del pobre la verdad, el compromiso, la inteligencia que no hace justificar lo injustificable aunque caiga uno mismo la dolorosa incoherencia de los que luchan por ser coherentes que se le perdone la vida a una mosca, simplemente por que sí la obligada denuncia de la mentira, del fraude, de la manipulación…
Y saltarse la ley, aunque sea a trompicones, cuando va contra la conciencia