En 1947, Jorge Negrete, el ídolo de la canción ranchera mexicana, emprendió una gira por Latinoamérica que lo llevó a España.
Su llegada a España fue apoteósica. Miles de personas se agolparon en el puerto de Santander para recibirlo, vitoreándolo como a un héroe. Las calles se llenaron de flores y música mariachi, y la prensa lo proclamó como "El Rey de la Canción Mexicana".